Tecnología

Posted on 13 septiembre, 2012 by 

images (5)Según la última Oleada del Observatorio de Redes Sociales, Twitter es la red social que más crecimiento ha experimentado en España, pasando de ser usada por un 14% de internautas en 2010 a un 32% en 2011, y situándose en tercera posición por detrás de Facebook y Tuenti. Lo que está claro es que la red de microblogging está imparable, y parte de su éxito se deba a la sencillez (si bien al principio te sonará todo a chino y tendrás ganas de borrarte) y a la cantidad de información que circula, habida cuenta es una herramienta de uso casi imprescindible por periodistas y medios de comunicación.

Pero hoy quería hablar de su uso en educación. Tampoco voy a escribir un tratado de las bondades de Twitter en educación, pues eso ya está escrito y muchísimo mejor de lo que yo lo haría, este post deeduteca es muy recomendable, al igual que este otro de tíscar.

Una de las facetas que más se estimulan con el uso de Twitter es la capacidad reflexiva y de síntesis, pues tenemos 140 caracteres para contar lo que queremos, a veces menos si mencionamos a alguien (@nombre) o utilizamos un hastag o etiqueta de un tema concreto (#tema). Obviamente en muchas ocasiones el tweet es el “titular” que se acompaña de un enlace incluído en el propio tweet que nos lleva a ampliar la información. Todo esto multiplicado por cada número de usuarios convierte a Twitter en una perfecta brainstorming o lluvia de ideas, donde la información y el conocimiento es creado por cada uno de los usuarios implicados. Como es lógico, este exceso de información tampoco es bueno, habiendo que filtrar lo que nos llega, y sobre todo, leer y sacar nuestras propias conclusiones. Leer, importantísimo. Este aspecto es curioso, pues en demasiadas ocasiones, más de las deseables, se retuitean y comparten tweets sin haber leído el enlace al que hacen referencia, pero el tweet en sí (el titular) sonaba bien. Hay que leer, y contrastar si eso que compartimos es de verdad lo que queremos compartir. Hace unos meses, en la Semana de las Redes Sociales de Castilla y León, un ponente comentó que había recibido más de cuarenta retweets de un tweet que incluía un enlace, pero ese enlace estaba mal escrito y no llevaba a ningún sitio… cuarenta que no se leyeron lo que compartían.

El uso de los hastag o etiquetas mediante el símbolo # nos facilita la búsqueda de información en Twitter, y su uso en un contexto formativo (por ejemplo #masterredesuned) se hace imprescindible. En el propio buscador de Twitter podemos ver los tweets que incluyan esa etiqueta, y si necesitamos monitorizar varios hastag existen herramientas como Tweetdeck que nos facilitan ese trabajo. Es una manera muy interesante de mantener agrupados aquellos tweets con una etiqueta común, perfecto para su uso en educación por ejemplo en una asignatura. El profesor comenta y propone aspectos de su asignatura incluyendo en sus tweets el hastag acordado y los alumnos igualmente comentan y proponen usando ese hastag (conviene no usar un hastag muy general, por ejemplo #diseño que habrá miles en Twitter, y acotarlo de alguna manera, #diseñouned).

Otra cuestión es el número de tweets recomendable para publicar (repito: publicar, los tweets son públicos, salvo que nuestra cuenta sea privada). Esta es una de las preguntas del millón, cada cual puede pensar diferente pues los usos que damos a Twitter también pueden ser diferentes. Personalmente creo que no se debe abusar de tweets concretos que interesen a una parte de tus seguidores y carezcan de interés al resto, ejemplo que puede darse escribiendo tweets para una asignatura concreta, más aún si cada tweet individual tiene poco o nulo significado si no va unido a otro u otros tweets. Simplemente es mi opinión, muchos tweets en esa línea provocarían ruido en el Time Line a otras personas que sigan tu cuenta pero que no pertenezcan al grupo de la asignatura (no es mi caso, que no tengo un volumen de seguidores amplio en mi cuenta, pero supongo que si tuviese mil o dos mil -por pedir- sí podría darse el caso). Sería genial poder enviar tweets a un grupo concreto, y si alguno de estos tweets se lo merece, publicarlo de manera que lo lea todo el mundo (todo el mundo que te siga).

Pues sí se puede, he encontrado una herramienta llamada GroupTweet que me ha encantado. Básicamente lo que se consigue con GroupTweet es que otra cuenta publique por tí, lo cual puede ser muy útil para un grupo de alumnos-profesor.

grouptweet

Se requiere eso sí, una tercera cuenta, que puede ser una creada a tal efecto, propia de la asignatura. La persona que cree la cuenta (vamos a suponer que el profesor) ha de añadir (autorizar) los nombres de usuarios del resto del grupo (se explica con absoluta claridad, aunque esté en inglés, para que esto lo diga yo…). En un paso siguiente hay que indicar de qué manera se han de enviar los tweets para que la cuenta administradora los publique; existen tres opciones: mencionando la cuenta (@cuenta), con un hastag (#asignatura) o mediante DM (Mensaje Directo) a la cuenta administradora. Las dos primeras opciones serán públicas en tu perfil y en el de la cuenta adminisradora, así que para el fin de lo que vengo comentando (no saturar tu Time Line) no lo veo utilidad, aunque sí lo tiene para otros usos: fijaros que una cuenta va a publicar los tweets que escriba un grupo determinado con un hastag determinado. Interesante.

El caso que más me interesa es el envío de mensaje directo. Este tweet no se publica en tu Time Line pero sí es público en la cuenta administradora, donde además se indica quién lo ha escrito (hay varias opciones de configuración, entre ellas la clásica “vía @usuario”). Si crees que el tweet que has escrito merece estar en tu Time Line, no hay problema, lo escribes también como tweet público, o retuiteas tu propia intervención de la cuenta administradora. Opciones hay para que el resto del mundo no se pierda tus tweets si así lo deseas.