(4ª parte): edición

Claves para organizar mejor el proceso de escritura

Por: 
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Asumamos que ya hemos realizado una perfecta planificación de nuestro texto, que hemos escrito el borrador de un tirón, después lo hemos revisado una y otra vez hasta que hemos obtenido un resultado satisfactorio. Y ahora, ¿qué? ¿Ya estaría? Pues no, todavía falta algo bastante importante: la edición.

La edición del texto corresponde a la revisión final donde se corrigen aspectos formales como palabras mal escritas, ortografía, puntuación, formato, concordancias, el uso de las comillas y los guiones, etc.

En esta fase, el procesador de textos puede ser el mejor de los aliados (sobre todo con la herramienta de corrección ortográfica y la de buscar y reemplazar). De todas formas, a mí me gusta hacer una última revisión sobre el papel, porque me parece que los fallos son más visibles de esta forma.

Además, siempre que es posible y tengo de mano a alguien de confianza, le pido que le pegue un último vistazo al texto porque, a esas alturas, yo lo he leído tantas veces que me resulta complicado abstraerme y ver la forma como a alguien ajeno. Vamos, que cuatro ojos ven mejor que dos. ^^

Pero, al margen de cómo decidáis hacer la edición del texto, sí existen una serie de puntos que conviene tener en cuenta en esta fase:

El formato

Ésta es fácil. Correspondería a la pestaña “formato” del procesador de textos y viene siendo la configuración de los márgenes, el tipo de letra, la separación entre las líneas, la forma en la que titulamos los capítulos… Todo lo que se refiere a la forma y configuración del texto en el documento debería estar unificado bajo el mismo criterio.

Ortografía y concordancia

Otro aspecto importante es el de la ortografía. Debemos revisar cualquier falta, las palabras mal escritas, repeticiones constantes de palabras, los tiempos verbales y su concordancia con los adverbios, etc. El corrector ortográfico del procesador puede servir de ayuda, pero no te fíes al 100% de él porque no lo detecta todo.

Puntuación

No sólo conviene revisar la puntuación general del texto (que no haya comas de más o de menos, por ejemplo), sino también los espacios antes y después de los signos de puntuación. Por ejemplo, tras un [.], una [,] ha de ir un espacio, pero no antes. Después de los signos de interrogación o exclamación no se pone punto. Esas cosas. También tendremos que echar un vistazo para asegurarnos de que no hay ningún espacio doble entre palabras.

Esta revisión es fácil de realizar en un procesador de textos con la herramienta buscar y reemplazar. Por ejemplo: buscar todos los [?.] y convertirlos en [?]. Así de sencillo. :)

Comillas y cursivas

Si se usan comillas o cursivas, también habrá que hacerlo con un determinado criterio durante todo el texto. Por ejemplo, si cuando se escribe el título de un libro, se hace en cursiva, tendremos que escribirlo igual siempre.

Con las comillas pasa lo mismo. No importa si elegimos las comillas francesas [«»], las anglosajonas clásicas [“”] o las de apertura y cierre [“„]. Lo importante es emplear siempre las mismas y con el mismo criterio.

Por cierto, también hay que determinar si el punto que cierra las comillas va antes o después de las mismas. Es decir: [“Voy a casa de María.”] o [“Voy a casa de María”.]

Diálogos

Hay una entrada en el blog que habla precisamente sobre la forma de los diálogos: Dando forma a los diálogos. Una vez seleccionemos la forma en la que los escribiremos, tendrá que ser la misma para todo el texto. Por cierto, recordad que para abrir y cerrar los diálogos clásicos hay que usar la raya larga [—], no el guión corto [–].

Además, cuando hay un texto de acotación en un diálogo (tipo “dijo María”), hay una norma a tener en cuenta respecto a las mayúsculas y minúsculas:

Cuando el comentario del narrador lo introduce un verbo de habla (decir, añadir, comentar, preguntar…), va en minúscula y no se pone signo de puntuación antes de la raya: [—Hola —dijo María.] o [—¿Vas a venir? —le preguntó.]

Cuando no es así, va en mayúscula y el punto se pone también antes de la raya: [—No hace falta que me acompañes. —Se levantó y salió de la casa molesto.]

De todas formas, podéis verlo un poco más claro en la entrada que hay en la RAE sobre el tema.

Junto o separado

Ciertas expresiones pueden emplearse juntas o separadas, como “en seguida / enseguida”, “de prisa / deprisa” o “entre tanto / entretanto”. Lo ideal es elegir una de las opciones y usar siempre la misma. De nuevo, la herramienta “buscar y sustituir” del procesador de textos será nuestra mejor baza para corregirlo.

Y hasta aquí las correcciones más importantes para esta fase de edición. En la siguiente entrada (la última de esta serie) os hablaré un poco sobre la última parte del proceso de escritura: la publicación. Hasta entonces, ¿qué os ha parecido esta entrada? ¿Algún aspecto más que soláis tener en cuenta vosotros?

Enlaces relacionados:

Tutorial completo | Claves para mejorar el proceso de escritura

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